Estimulación Musical en la Primera Infancia

Son muchas las corrientes y los estudios que afirman la relevancia que tiene la música durante los primeros años de vida de los niños. De hecho, algunos autores apuntan la importancia de que los bebés escuchen música incluso antes de su nacimiento, desde el vientre de la madre. En efecto, ya desde finales del siglo XIX, las principales figuras de la Escuela Nueva consideraban imprescindible que la música formara parte de la vida del hombre.

 

En esta misma línea, pedagogos especializados en la educación infantil como Montessori o Decroly también incidían en la importancia de empezar a educar en el ámbito musical en esta etapa. Del mismo modo, varias propuestas de Kodally, Willems y Orff (máximos exponentes de la pedagogía musical del s.XX) mencionan la necesidad de otorgar y destacar el valor de la educación musical en la escuela de educación infantil y primaria.

 

Los primeros años de vida marcan un periodo muy importante del desarrollo de los niños en todos sus ámbitos, puesto que estos adquieren las habilidades psicomotoras que se establecen ya por toda su vida, como la postura corporal, el equilibrio y la coordinación psicomotriz. En este sentido, la música tiene un papel principal en su proceso de crecimiento, puesto que contribuye al conocimiento de las posibilidades sonoras y de movimiento del propio cuerpo, así como a su capacidad de orientación.

 

 

 

Para el niño, el cuerpo es el vehículo principal para conocerse tanto a él mismo como a su entorno. Por lo tanto, convertir su cuerpo en un instrumento musical mediante la percusión corporal, ayuda a los niños a definir su lateralidad y a descubrir sus ritmos internos. En este sentido, en las clases de música en familia introducimos la percusión del cuerpo a partir de la canción; mediante la repetición y el establecimiento de unas rutinas semanales, promovemos entre los niños el gusto por la música. Además, para despertar su interés y motivación creemos que es vital introducirlos en el mundo de la música desde la gamificación, en un ambiente relajado y lúdico.

 

 

En este sentido, resulta evidente el hecho que la estimulación musical es fundamental por el correcto desarrollo de los bebés, puesto que los aporta un inestimable número de beneficios. Tal como exponen pedagogos reconocidos en nivel mundial como Dalcroze, el desarrollo del oído musical aporta un sentido melódico, tonal y armónico que promueve a los niños desde muy pequeños la adquisición de habilidades motrices básicas como gatear, correr, saltar y andar. Así pues, podemos considerar la música como un lenguaje de expresión de nuestros niños y, por tanto, conviene generar espacios significativos de aprendizaje donde el sonido, el ritmo y la interpretación musical tengan lugar.

 

 

Por otro lado, a través de la realización de diferentes tipos de actividades musicales, los niños aprenden a establecer rutinas, al mismo tiempo que se fomenta su memoria, concentración y creatividad. El hecho que estos puedan participar en clases con otros bebés de una edad similar también les permite incrementar su capacidad de comunicación, de sociabilidad y de expresar sentimientos. Por lo tanto, la música se ve en gran parte implicada en formar a niños felices y con inteligencia emocional.

 

 

Por todos estos motivos, desde nuestra academia de música consideramos vital ofrecer clases de música en familia, en las cuales velamos en todo momento por los diferentes ritmos de aprendizaje de los niños. Creemos firmemente que partimos de las individualidades que representan a cada uno de nuestros alumnos, y a partir de estas, ofrecemos un aprendizaje próximo y experimental adaptado a las necesidades de cada niño.

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